jueves, 19 de noviembre de 2009

Abogados y ética profesional

Desde hace algún tiempo me vengo preguntando qué mueve a los abogados a actuar tal como lo hacen.
Desde mi parecer, que seguramente a ojos de otros estaré equivocado, el hecho de que toda tenga derecho a una defensa justa es algo incuestionable. Pero... ¿Dónde acaba la ética, la defensa de la justicia, el derecho a la justicia por parte de las víctimas..? ¿Hasta qué punto una defensa feroz es una defensa justa?
A cualquiera le puede venir a su mente el caso de alguna sentencia bajo su punto de vista cuestionable. Los abogados no intentan que su defendido sea juzgado con el máximo respeto de sus derechos, lo que hacen no es otra cosa que buscar tretas, artimañas, recovecos o vacíos legales para salvar o reducir las penas de delincuentes, asesinos, etc.
Antes, en mi ciudad, había un dicho que decía: "Vete a Madrid, mata al Rey y vente a Sevilla para que te defienda Bocanegra". La habilidad de un abogado es crucial a la hora de que se haga justicia o no, y no me refiero a la posibilidad de que se garanticen los derechos sino a que un individuo culpable de todas a todas pueda burlar la ley y ser absuelto o condenado por un delito menor y con un montón de atenuantes.
Los abogados han llegado al extremo de la no justicia. No es importante que se imparta justicia en la vista de un caso, lo importante es reducir al máximo la pena del a todas luces culpable para así conseguir ser famoso, salir en los informativos, conseguir una cartera de clientes adinerados y poco más. Los médicos se llevan a sus casas el buen sabor de boca de salvar vidas, los arquitectos mirán hacia atrás y ven sus obras en pie, los cocineros ven las mesas de sus restaurantes llenas y las caras de satisfacción de sus comensales, los carpinteros ven sus muebles acabados, pero ¿qué ven los abogados? ¿De veras se sienten satisfechos personalmente cuando liberan a un delincuente con alguna estratagema?

domingo, 7 de junio de 2009

Barack Obama no estudió Historia Medieval

El pasado día 4 de este mes, el presidente de EEUU, Barack Obama, pronunció en El Cairo un discurso calificado de histórico, en el que no sólo alabó los logros de la civilización islámica y dijo que EEUU y el Islam no están en guerra, sino que, a su vez, lanzó una dura e inusual crítica contra la ocupación israelí de los territorios palestinos.
En realidad lo de calificar como histórico este discurso no es más que una ironía. En una de sus argumentaciones, Obama apeló a la necesidad de recuperar la tolerancia de al-Andalus y de Córdoba en tiempos de la Inquisición.
Para empezar a reconocer las lagunas históricas, al-Andalus era una extensión geográfica, algo confundible con un Estado, y Córdoba era una parte de esa zona. Pero lo que de verdad espanta es la contemporaneidad inventada por él del Califato de Córdoba y de la Inquisición Española.
Por otra parte, el Islam tiene como precepto respetar a las otras religiones del Libro. Llamándose Libro al Antiguo Testamento. Así, Islam, Judaísmo y Cristianismo comparten este Libro dentro de sus creencias. Jesucristo para el Islam no es más que un profeta, pero no deja de ser un personaje dentro de sus propias creencias.
Es cierto que en tiempos de al-Andalus había tolerancia, pero más que tolerancia, convivencia. No hay más que darse una vuelta por los cascos históricos de las ciudades andaluzas y observar cómo las juderías, o barrios judíos, están a unos metros no más de la zona de poder gubernamental y militar musulmanas. Los judíos se sentían seguros y protegidos junto a los musulmanes, más que junto a los cristianos.
Y finalmente, la Inquisición Española tuvo su origen en 1478, siendo fundada por los Reyes Católicos, cuando al-Andalus no era más que un rescoldo de lo que fue y cuando la citada tolerancia o convivencia ya no tenía sentido.
Por eso, sólo decir: ¡Hay que estudiar más!
Lo que voy pensando de lo que va pasando © 2009

jueves, 4 de junio de 2009

Cocina andaluza y Roma

Tengo un amigo, Juan Carlos, que me comentó que le gustaban temas como las recetas de cocina y la historia medieval. Estos temas me dieron la posibilidad de no tratarlos por separado, haciendo un recorrido, breve por la cocina española en tiempos de Roma. Está claro que no hablo de recetas ni de la Edad Media, pero él lo comprenderá.
Con la llegada de Roma se puede decir que se inicia la cocina fusión, algo que ahora está tan de moda entre los géneros musicales. El concepto actual de Roma como metrópoli es Nueva York, todo lo que busques lo encuentras, si algo se vende o se compra, seguro que en Nueva York lo hay.
A Roma llegaban los mejores aceites de nuestras tierras, llegaban al puerto de Ostia, y llegaban en tal cantidad que se formó un monte artificial, el Testaccio con los tiestos de las ánforas vacías. Llegaban también ánforas llenas de garum y de vino. Otras importaciones desde nuestras tierras eran unas pequeñas alcachofas confitadas en aceite procedentes de Córdoba y embutidos de nuestras sierras.
De aquella época quedan en nuestras cocinas las torrijas, los flanes y los guisos de legumbres. El primer cocinero andaluz de prestigio fue Lucius Junius Moderatus, más conocido como Columella que escribió un libro de recetas. Séneca también trató sobre la cocina pero fue de modo crítico, ya que afirmaba que la cocina con su afán por los excesos había corrompido a la juventud.
Durante la época romana había cocineros de élite, y eran griegos. Siempre ha habido a lo largo de la historia este tipo de distinción, como en las cocinas sureñas del siglo XIX eran las mujeres negras, durante gran parte del siglo XX los cocineros franceses y desde finales del siglo XX hasta nuestros días son los cocineros españoles los que están en la cumbre acaparando los mejores restaurantes de Nueva York y las listas y premios de cocina mundiales.
Lo que voy pensando de lo que va pasando © 2009

sábado, 30 de mayo de 2009

Palabras bonitas

Siempre me he planteado de dónde proviene la belleza de las palabras. Seguramente, si hacemos una encuesta sobre palabras bonitas, las que más aparecerían serían amor, amistad, honestidad, sinceridad, flor, atardecer, etc. Pero no estaríamos hablando de palabras bonitas, sino de palabras cuyo contenido semántico nos gusta.
Woody Allen decía en su película Desmontando a Harry que, al contrario de lo que todo el mundo piensa, las palabras más bonitas del mundo no son "te quiero", sino "es benigno". En mi caso el otro día se trató de "es sólo un absceso de pared".
La belleza de las palabras para mí, se encuentra en su fonética. Hay palabras que sobre todo a los extranjeros les suena muy bien como zanahoria, sátrapa, lluvia, sandalia, pestaña, tristeza, calcetines, palabras cuya sonoridad consiguen hacer que el castellano suene bonito frente a su lengua materna.
Hay palabras cuya sonoridad me atrae, como ánfora, tremenditud, jamón, o inflación, esta última por la curiosidad de su pronunciación ya que aunque sólo tiene una “c”, al pronunciarla siempre aparecen dos, y lo que se oye es “inflacción”.
También depende mucho de la entonación, los acentos, etc., por ejemplo, seguro que alguna vez hemos pensado o hemos oído decir a alguien que la lengua italiana suena bonita, muy musical, esto es debido sobre todo a que los plurales los hacen normalmente con la “i” y que además casi todas las palabras son esdrújulas.
Palabras como calamar, alamar, cairel, suenan bonitas y si pasan a plural suenan espectaculares calamares, alamares y caireles, así como faralaes que no tiene singular o tijeras que tampoco lo tiene.
El castellano se ve enriquecido con palabras provenientes de Sudamérica y que además de ser bonitas nos pueden llamar la atención por su significado que en multitud de ocasiones nos resultan impensables y/o nos llaman a engaño, como por ejemplo las colombianas añoñi, que se usa cuando alguien está entusiasmado por hacer algo; gomelo, que define al hijo de gente adinerada, que todo lo tiene gracias a ellos; culebra, que es una deuda; etc.
Las venezolanas arrecho, utilizada para definir al malhumorado o con poca paciencia; bochinche, ruidoso, sin orden, relajo, fiesta; chamo o chama, muchacho o muchacha joven, adolescente; guachimán, palabra compuesta proveniente del inglés que se compone de watch (mirar) y man (hombre) hombre que mira, es decir vigilante, o persona que cuida; sifrino, persona pudiente, por lo general denota una actitud despectiva hacia los demás, que no sean de su mismo nivel social o económico.
En Ecuador, más concretamente en Guayaquil, una palabra tan bonita como acomodar pierde su significado castellano para tomar el de tener relaciones sexuales y dejar a la otra persona satisfecha y alegre; anchetas son las partes íntimas y anchetear mirar lascivamente a mujeres desnudas; ñocuda es una mujer con el trasero grande, y encachinado es estar vestido elegantemente.
Es enorme la riqueza del español gracias a las palabras autóctonas de cada lugar, es por esto que si alguien lee esta entrada y conoce palabras de su lugar de nacimiento o residencia, me las podría mandar a modo de comentario, anunciándole ya de antemano que le quedaría enormemente agradecido.
Son muchas las palabras que nos pueden resultar bonitas, pero sin lugar a dudas, la palabra más bonita del mundo es el nombre de la primera persona que leerá esta entrada.

viernes, 29 de mayo de 2009

La prensa deportiva y Manolo Jiménez

La temporada pasada, un exjugador del Sevilla F. C., internacional absoluto con España, dejó de ser entrenador del Sevilla Atlético al que dejó en Segunda División, ahora llamada Liga Adelante, para entrenar al primer equipo, al Sevilla F. C., que es, ha sido y será el equipo de sus amores.
La situación del equipo cuando Jiménez llegó no era muy halagüeña, el comienzo de temporada había sido duro. La repentina muerte de Antonio Puerta, tras un ataque al corazón en el primer partido de la temporada, había dado un duro golpe a la plantilla, propiciando la pérdida de la Supercopa de Europa ante el Milán y un mal comienzo de temporada. Juande Ramos abandonaba precipitadamente, y por la puerta de atrás, el banquillo sevillista con un contrato supermillonario con el Tottenham, dejando al equipo con siete puntos y nueve partidos jugados.
Desde su llegada Jiménez sufrió los improperios y críticas injustificadas de la prensa sevillana, andaluza y nacional. El Sevilla quedó quinto al final de temporada empatado a puntos con el cuarto clasificado que jugó la Champions League gracias al goal average, y con bajas importantes, como la ya mencionada de Antonio Puerta, la de Javi Navarro, bajas por cesiones a sus respectivas selecciones, como las de Kanouté, Keitá y Koné durante un mes por la Copa de África, las interminables lesiones de Chevantón y Acosta, etc.
Durante todo el verano el problema de la prensa no era otro más que la urgencia por la renovación del entrenador del otro equipo de la ciudad (Real Betis Balompié), Sr. Chaparro, que había salvado al equipo del descenso en el último partido, y la no conveniencia de que Jiménez siguiera al frente del Sevilla F. C.
El cuento de la temporada ha sido el mismo, Chaparro es muy bueno y Jiménez muy malo. La plantilla sevillista había recibido un duro varapalo en sus miembros, Poulsen, Keitá y sobre todo Alves habían abandonado la disciplina sevillista; Koné, Acosta, Chevantón y Javi Navarro, seguían en el dique seco por sus lesiones; y Luis Fabiano no llegaba a alcanzar su punta de estado de forma por las lesiones. Además, alguien tan importante como Maresca no alcanzaba su mejor estado de forma, y tras unas palabras sobre el entrenador quedaba prácticamente apartado del equipo, de forma y manera que seguramente este verano deje de pertenecer a esta plantilla.
Termina la temporada, en el banquillo del otro equipo de la ciudad no está el Sr. Chaparro, destituido por la mala marcha del equipo que aún hoy no está salvado del descenso y sólo queda un partido por disputar, y el Sevilla F. C. se ha clasificado tercero, con récord de puntos y de partidos ganados, ocupando plaza directa para disputar la Champions League la temporada 2009-2010. Ha llegado a semifinales en la Copa del Rey y fue eliminado en la fase de grupos de la Copa de la UEFA, con seis puntos, siendo el único equipo eliminado con esos puntos.
Una jornada antes de terminar esta temporada, con los deberes bien hechos, Manolo Jiménez ha sido confirmado y ha firmado una temporada más como entrenador del Sevilla F. C. Señores de la prensa, a ver qué inventan ahora para vituperar y desprestigiar el trabajo de este sevillista que seguramente les seguirá dando dolores de tripas con sus éxitos.
¡Viva el Sevilla!

miércoles, 20 de mayo de 2009

La papa

Hace tiempo que quiero opinar sobre si debemos llamar papa o patata a este tubérculo, y no creo que sea necesario aclarar que me inclino por llamarlo papa, no por ser andaluz sino por un motivo claro, la papa la introdujimos los españoles en Europa como papa, ¿para qué aceptar anglicismos?
Igualmente, el hecho de que haya países que sufren hambrunas y ahora que estamos en la famosa crisis económica, quizás si rebuscásemos en el baúl de la historia nos daríamos cuenta de que hay soluciones, entre ellas la papa. Quizás con la información siguiente esto pueda quedar más claro.
Los historiadores coinciden en postular que la papa llegó a suelo europeo por primera vez hacia 1570, tras haber hecho escala en las Islas Canarias. A partir de 1573 el tubérculo originario del Perú apareció en los libros de cuentas del Hospital de la Sangre de Sevilla, que registraba como proveedor al Convento Los Remedios de los Carmelitas Descalzos. Esta orden fue fundada por Teresa de Ávila, que conocía la papa y sus bondades alimenticias y curativas gracias a su padre y a sus hermanos que vivían en América Latina.
En este claustro vivió también el italiano Nicolas Doria, quien al dejar Sevilla e instalarse en Génova llevó consigo la papa a la península Itálica. Fue el obispo Bononi de Vercelli, convencido de las bondades del tubérculo, quien lo introdujo en 1586 en lo que hoy es territorio de Bélgica al ofrecerlo al gobernador de Mons, Philippe de Sivry, quien a su vez lo presentó al botanista Carolas Clusius. Este estudioso originario de Viena fue el autor del primer dibujo de la papa, que data de 1588, y fue quien la describió por primera vez en detalle en su obra Rarorium Plantarum Historia, editada en 1601. En 1584 la papa hizo su ingreso en Inglaterra, por mano del aventurero explorador Sir Walter Raleigh, quien conoció el tubérculo gracias a Francis Drake. En Inglaterra, la introducción de este tubérculo en Inglaterra tuvo mucho que ver con la denominación actual de patata.
"Papa" es el nombre nativo (quechua) dado al tubérculo blanco que hoy se consume por todos los rincones del mundo. En regiones demasiado frías para el maíz, las culturas americanas plantaban papas. Los ingleses conocían la batata que llegó a Europa en el siglo XVI. Por similitud de aspecto pasaron de llamar botato a potato y este anglicismo dio en llamar a la papa como patata.
Una vez desperdigada por la mayor parte de países europeos, la papa se implantó con rapidez. Gracias a su resistencia alivió las hambrunas causadas por la Guerra de los Treinta Años que desangraba el continente desde 1618. Sin embargo, su uso lo motivaban la escasez de alimentos y el estado de emergencia y no así sus propiedades. Sólo los horticultores y amantes de las plantas la apreciaban de verdad.
En Alemania se obligaba a los campesinos a cultivarlas. Se preparaban con salchichas, hecha puré, se consumía el almidón y se hervía para hacer aguardiente.
En Francia la papa era un alimento denostado y se conocía como alimento de pobres y para el ganado. Tuvo que llegar Antoine Parmentier para cambiar la situación. Este farmacéutico de la Armada Francesa, que conoció la papa mientras estuvo preso en Alemania, se las ingenió para propagar su uso en Francia. La presentó al rey Luis XVI y obtuvo su autorización para hacer vigilar por soldados los campos de papa que había mandado sembrar cerca de París. Pero sólo de día. De noche los dejaba sin resguardo a merced del pueblo que entraba a robárselas. De esta forma la papa fue vista como algo precioso y comenzó a ser apreciada por todas las capas de la población.
A partir de entonces el cultivo y el consumo de la papa se hicieron cada vez más populares en Europa. En Irlanda su implantación prosperó tanto que llegó a convertirse en un alimento indispensable. Hacia 1850 cuando una plaga de mildiu arrasó la producción del tubérculo, un millón de irlandeses murieron de hambre y otro millón partieron desesperados a EE.UU. Este hecho fue conocido como la Gran hambruna de la patata.
Los historiadores no pueden imaginar cómo se habrían alimentado los obreros de la Revolución Industrial Europea sin el concurso de la papa.
En la actualidad los europeos son los más grandes consumidores de papa en el mundo. Mientras que los latinoamericanos y asiáticos consumen unos 25 kilos de papa anuales, los europeos comen 96. Y ellos son, junto a los asiáticos, también los más importantes productores (juntos suministran el 80% de la producción mundial).
Alemania, Polonia, Holanda y Francia son los más grandes productores del Viejo Mundo. Francia es la primera exportadora de papa en Europa. Su producción se ha triplicado en los últimos 10 años. La bonanza que vive el sector en Francia no es producto del azar, sino de la existencia y el trabajo del CNIPT (Comité Nacional Interprofesional de la Papa), una organización que cuenta con un presupuesto de 7 millones de euros anuales para velar por la calidad de la producción y la promoción de la papa francesa dentro y fuera del país.
Jean Luc Gosselin, su director, sabe bien que ante la subida de los precios de los alimentos básicos, la papa puede ser nuevamente la salvadora de millones de personas: "Por su altísimo rendimiento por hectárea, por sus cualidades nutritivas y porque como cultivo local está al abrigo de la especulación en el mercado internacional".
La papa es la cuarta planta de más redimiendo del mundo (detrás del trigo, del arroz, y del maíz) pero su producción requiere sólo el 10 % del área de estas otras cosechas.
Como anécdota podemos entrar en la disquisición Franco-Belga sobre el origen de la papa frita. No existen evidencias históricas ni científicas sobre su origen. Paul Ilegems, experto en la materia y autor del libro Los misterios de la papa frita, postula que el primer ancestro de esta forma de consumir el tubérculo andino se remonta al siglo XVI, cuando Teresa de Ávila trataba de curar a enfermos alimentándolos con el tubérculo frito en aceite de oliva.
El estudioso apoya también la hipótesis de que el origen de la papa frita como se la conoce hoy en día podría encontrarse en el valle del río Mosa en Bélgica. "Los habitantes de esta región solían freír pescaditos para alimentarse. Hacia 1750, cuando los crudos inviernos congelaron el río, los lugareños habrían empezado a freír barritas de papa como alternativa a los pequeños pescados". Esta es la hipótesis que manejan los belgas y, aunque no pueden tener una certeza a prueba de balas, sí están convencidos de que la papa frita no es francesa ni mucho menos estadounidense.
El apelativo French Fries habría sido acuñado por los soldados estadounidenses que en la Primera Guerra Mundial recibieron papas fritas de soldados belgas de la región de Valonia y a quienes, por ser francófonos, éstos tomaron por franceses, creándose la confusión propagada hoy por el mundo entero.
Mientras que la precisa e indiscutible cuna de la papa frita permanecerá oculta, no existe polémica sobre el origen de las papitas. En 1852 el cocinero neoyorkino George Crum tras recibir de regreso en su cocina un plato de papa por ser ésta demasiado voluminosa, la devolvió al cliente cortada en decenas de láminas fritas. Al ver la satisfacción del comensal, Crum lo supo: ¡Habían nacido las chips!
Lo que voy pensando de lo que va pasando © 2009

martes, 7 de abril de 2009

Benjamina

Siempre nos parece más fácil creer lo que podemos ver que lo que nos cuentan y, si además lo que nos cuentan se puede cuestionar por estar basado en “suposiciones”…
Nos es más fácil creer la Historia, hay algo escrito, tablillas de arcilla con escritura cuneiforme, tituli picti, en restos de tinajas, crónicas de la época, etc., que cualquier dato relacionado con la prehistoria ya que todo está basado en deducciones extraídas de pinturas rupestres, supuestos templos megalíticos, etc., pero esta idea no es del todo cierta.
Existen diferentes y muy variados métodos de investigación para este período más o menos oscuro por su carencia de escritura: Los métodos tradicionales serían las excavaciones, método de Steno (que más o menos dice algo así como: lo que se encuentra a mayor profundidad es lo más antiguo; lo que aparece más arriba es lo más moderno; todo lo que aparece en el mismo estrato es contemporáneo), la tipología (evolución de los tipos de utensilios a lo largo del tiempo) y la etnología (comparaciones tecnológicas con las actividades de grupos humanos preindustriales).
Los métodos actuales son más complejos y a la vez más fiables:
  • Arqueometría. Estudio de los procesos post-deposicionales, alteraciones sufridas por los depósitos y sus materiales que pueden influir en la interpretación del registro.
  • Paleoecología. Reconstrucción del medio ambiente y de la acción humana sobre él. Tiene dos disciplinas fundamentales: * Paleobotánica (estudio de los microrestos y macrorestos vegetales) que a su vez se subdivide en Palinología (pólenes y esporas), Antracología (identificación e interpretación de la madera de los carbones vegetales) y Carpología (identificación e interpretación de las semillas fósiles). * Paleozoología que estudia las especies animales del pasado identificadas a través de los restos óseos y que proporciona información medioambiental y económica.
  • Arqueozoología. Interpretación cultural de los restos animales identificados y estudiados por la Paleozoología. Proporciona información sobre técnicas de caza y aprovechamiento animal.
  • Tafonomía. Estudio e interpretación de los procesos de transformación del material óseo animal.
  • Paleoeconomía. Estudio de los sistemas de aprovechamiento de los recursos y materias primas.
  • Paleotecnología. Reproducción de los gestos técnicos y procesos que conducen al conocimiento de la manipulación, manufactura y transformación de recursos, así como algunos procesos post-deposicionales.
Estos métodos de investigación llegan a ser fiables tanto o más que la Historia y su escritura, ya que, como todos sabemos, la Historia es interpretable y siempre puede estar subjetivizada por quien la cuente.
Teniendo ya la idea un poco más clara de que cuando nos hablan de modos de vivir en la prehistoria no nos están contando una de indios, nos podemos acercar de una forma más abierta y curiosa a la última revelación salida de Atapuerca.
El Homo del Pleistoceno era cazador recolector. Su estructura social era la típica que todos por unas razones y otras tenemos en la cabeza, hombres que cazan, mujeres que recolectan, todos tenían sus funciones y las realizaban por el bien del clan o familia.
También imaginamos las duras condiciones de subsistencia de estos clanes y la pesada carga que debía suponer tener miembros con discapacidades físicas o psíquicas que no sólo no pudiesen contribuir con su trabajo sino que además necesitase cuidados.
Falsas informaciones adquiridas por películas, novelas, etc., nos han hecho asimilar la idea de que estos individuos eran rechazados, abandonados e incluso asesinados por el bien de la colectividad. Nada más alejado de la realidad según los datos obtenidos tras la reconstrucción del Cráneo 14, encontrado en 2001 en su mayor parte y unos treinta fragmentos más en 2002 en la Sima de los Huesos.
En palabras de Ana Gracia Téllez del Centro de Evolución y Comportamientos Humanos, el Cráneo 14 pertenecía a una niña de unos 10 años, de hace 530.000 años y que era diferente al resto de sus congéneres, tan diferente que tuvo que recibir cuidados especiales, sin los cuales no podría haber sobrevivido debido a sus disminuidas capacidades psicomotoras.
Benjamina, como se ha dado en llamar esta niña del pleistoceno, recibió los mismos cuidados y atenciones que cualquier otro niño del género Homo del Pleistoceno Medio aunque los adultos que la cuidaban eran conscientes de que su aportación al clan sería nula.
¿Prehistóricos? Muchos Homo sapiens sapiens en pleno siglo XXI deberíamos irnos cuestionando nuestra evolución social y nuestra forma de atender a los niños.
Lo que voy pensando de lo que va pasando © 2009