jueves, 4 de junio de 2009

Cocina andaluza y Roma

Tengo un amigo, Juan Carlos, que me comentó que le gustaban temas como las recetas de cocina y la historia medieval. Estos temas me dieron la posibilidad de no tratarlos por separado, haciendo un recorrido, breve por la cocina española en tiempos de Roma. Está claro que no hablo de recetas ni de la Edad Media, pero él lo comprenderá.
Con la llegada de Roma se puede decir que se inicia la cocina fusión, algo que ahora está tan de moda entre los géneros musicales. El concepto actual de Roma como metrópoli es Nueva York, todo lo que busques lo encuentras, si algo se vende o se compra, seguro que en Nueva York lo hay.
A Roma llegaban los mejores aceites de nuestras tierras, llegaban al puerto de Ostia, y llegaban en tal cantidad que se formó un monte artificial, el Testaccio con los tiestos de las ánforas vacías. Llegaban también ánforas llenas de garum y de vino. Otras importaciones desde nuestras tierras eran unas pequeñas alcachofas confitadas en aceite procedentes de Córdoba y embutidos de nuestras sierras.
De aquella época quedan en nuestras cocinas las torrijas, los flanes y los guisos de legumbres. El primer cocinero andaluz de prestigio fue Lucius Junius Moderatus, más conocido como Columella que escribió un libro de recetas. Séneca también trató sobre la cocina pero fue de modo crítico, ya que afirmaba que la cocina con su afán por los excesos había corrompido a la juventud.
Durante la época romana había cocineros de élite, y eran griegos. Siempre ha habido a lo largo de la historia este tipo de distinción, como en las cocinas sureñas del siglo XIX eran las mujeres negras, durante gran parte del siglo XX los cocineros franceses y desde finales del siglo XX hasta nuestros días son los cocineros españoles los que están en la cumbre acaparando los mejores restaurantes de Nueva York y las listas y premios de cocina mundiales.
Lo que voy pensando de lo que va pasando © 2009

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